lunes, 22 de julio de 2013

Adelgazar sin dietas

Aquí merendando sandía, bien rica y fresquita, me pregunto por qué todos los planes de adelgazamiento son tan restrictivos. Incluso los de aquellos que dicen estar en contra de las dietas, al final te plantean un plan hipocalórico bastante duro y estándar, siempre asegurándote que no vas a pasar hambre.
Creo que todos estos planes están diseñados por profesionales que nunca han tenido problemas de peso y que, sin querer ofender, no tienen ni idea de cómo se siente una persona con sobrepeso.
No se trata de tener hambre. Una persona con sobrepeso siente un impulso irrefrenable hacia la comida ¡que nada tiene que ver con tener hambre!
Alguien que tiene encima de 15kg de más para arriba, no está así porque coma paella o cene tortilla de patata. Está así porque no se mueve ni aunque le maten y porque entre medias se atiza un bocadillo, patatitas y todas las galletas de chocolate que puede, por poner un ejemplo (el mío, sin ir más lejos, jejeje).


Mi teoría es que si hago el esfuerzo de comer con orden, no picotear esas cosas y además me obligo a dar un paseo a diario, perfectamente puedo comer paella y cenar tortilla de patata, como hace cualquier persona delgada: al final perderé peso.
Ya sé que si cambiara la paella y la tortilla por verdura y pescado a la plancha adelgazaría más aún... ¡pero eso no funciona! es un esfuerzo demasiado grande que no se puede mantener en el tiempo. No se puede llevar una vida normal así, permanentemente condicionado por lo que puedes y no puedes comer.
Pues nada, pasan los años y seguimos tropezando una y otra vez con la misma piedra. La culpa es del paciente, que no tiene fuerza de voluntad. Pues muy bien.
Si el porcentaje de fracaso en mantener el peso tras una dieta es tan alto como dicen ¿no es hora de replantearse por qué no funcionan los odiosos planes de adelgazamiento?