domingo, 28 de julio de 2013

Consejos para adelgazar

Jordi Labanda
Siempre me ha molestado que las personas que no tienen problemas de peso me den consejos. La verdad es que sólo escucho con interés a las que tienen o han tenido los mismos problemas que yo, porque la experiencia es un grado. Por ser justa, lo cierto es que la mayor parte de las personas de mi entorno son prudentes y no dicen nada, pero siempre hay un reducido grupo que se atreve a decirte lo que tienes que hacer en el momento menos apropiado y de la manera más inoportuna. 
Suele ser esa amiga que cree que sabe de todo y miembros de tu familia, amparados en que quieren lo mejor para ti.
Un primer mensaje para todos ellos: si fuese tan fácil, no habría personas gordas en el mundo.
Si de verdad se quiere ayudar a alguien con sobrepeso, la primera regla es no hacer comentarios durante la comida del tipo: "no repitas", "no te pongas tanto", "eso que te vas a comer engorda mucho", "no comas más pan"...


Para mí está perfectamente justificado levantarse e irse de la mesa. Me parece una enorme grosería dar indicaciones a un adulto sobre lo que debe y no debe comer delante de otras personas.
Creo que la manera de abordarlo, en todo caso, sería en una conversación tranquila, fuera de la mesa. No se trata de dar lecciones sobre un problema que tú no tienes "lo que tienes que hacer es..." sino de escuchar cómo se siente el que tiene el problema y ofrecerle tu apoyo para buscar ayuda.
La pareja tiene especial importancia. Yo he vivido la experiencia de notar cómo mis kilos -y entonces no me sobraban muchos- era algo que a alguna de mis parejas le molestaba. Ahora todo sería distinto, pero entonces consiguieron que lo pasara mal y contribuyeron a pisotear aún más mi autoestima. Si quieres a alguien y sabes que le gustaría perder peso, trata de ayudar con sensibilidad o infórmate antes de meter la pata. Si no, probablemente, la reacción que consigas es que se aleje de ti pensando que ya no te gusta.