La mente manda y, por tanto, si quieres cambiar tu cuerpo, primero tienes que cambiar tu mente.
Convencerte, concienciarte, desde la serenidad, de lo que quieres, de lo que te va a suponer, y después decidir si estás dispuesto a ir a por ello y comprometerte. Yo todo esto aún no lo he conseguido. Nunca. Pero estoy en ello, y espero poder contar más adelante que fui capaz, que lo conseguí.
Por lo visto, en el proceso de cambio mental, ayudan mucho tanto la relajación como los ejercicios de respiración, que son básicos para conseguir ese estado de serenidad tan necesario para abordar cualquier cambio. Yo reconozco que soy inquieta y que me cuesta practicarlo, empiezo muy entusiasmada un día y luego paso. Así me va. ¡Espero ir mejorando y conseguir centrarme! :)