Estoy en contra de ese tipo de planificaciones frustrantes como también lo estoy de tener que dejar de disfrutar de la comida, dentro de un orden de cantidades. Pero también es verdad que si no planificas absolutamente nada (en ese grupo suelo estar yo ;) es más que posible que, llegada la hora de comer, te dejes llevar por el hambre que tienes y elijas mal. Para mí lo ideal es organizarse de un día para otro, teniendo presente la agenda del día siguiente, y, en función de eso, preparar lo que te conviene sin olvidar lo que te gusta.
Yo cocino mal y me organizo peor, por eso le doy importancia a este tema. Siempre relacioné la cocina con engordar y nunca quise aprender, un enorme error que aún arrastro. Pero en fin ¡espero ir mejorando!
