viernes, 6 de septiembre de 2013

Adelgazar sin perder la sonrisa

Desayuno
No hay mejor manera de tener un mal día que empezar con hambre. Si siempre has comido bien, cambiar el desayuno de toda la vida por té con fruta o yogures desnatados -como proponen la mayoría de las dietas- suena muy bien, si no fuera por el dolor de cabeza que tienes después...
Con esto no digo que no sea una opción muy saludable, y estoy segura de que a base de aguantar te acabas acostumbrando, pero es que yo no quiero acostumbrarme.  Creo que si te propones perder peso, es importante tener en cuenta tus propios hábitos y gustos, y no eliminar todo lo que te hace feliz.


Inevitablemente algunas cosas tienes que cambiar, o no adelgazarás nunca, pero puedes elegir cuáles y quedarte con las que más te gusten. En mi caso es el desayuno. En el pasado probé todo tipo de cambios sin éxito y he decidido no sacrificarlo. Desayunar bien para mí es totalmente necesario. Y de nuevo vuelvo a mi teoría de las personas delgadas, que en su mayoría desayunan bien: café con leche, zumo de naranja, pan con mantequilla, tostadas con aceite, bollos o galletas... y no tienen ningún problema de peso por ello.
Para mí es importantísimo empezar bien el día, con energía y sin hambre, para poder tener la cabeza en lo que haga falta, y no en el estómago. Tengo el resto del día para controlarme un poquito y conseguir adelgazar sin perder la sonrisa :)